Combinación de energías renovables por tipo
Solar:
América Latina tiene una concentración especialmente alta de energía solar porque la mayoría de sus naciones reciben durante todo el año grandes cantidades de luz solar. Chile, por ejemplo, tiene uno de los niveles de irradiación solar más altos del mundo. Brasil y México están realizando importantes inversiones en energía solar.
Viento:
Otra posible fuente de energía renovable en América Latina es la energía eólica. Ha atraído inversiones de varios países de la región, como Brasil, Chile y México.
Energía hidroeléctrica:
En América Latina, la hidroelectricidad es una fuente clave de energía renovable. Muchos países de la región dependen de ella para satisfacer una parte considerable de sus necesidades eléctricas. Por ejemplo, Brasil produce más de 60% de su electricidad a través de la energía hidroeléctrica. También países como Colombia y Perú dependen en gran medida de esta fuente de energía renovable.
Geotérmica:
Otra posible fuente de energía renovable en América Latina es la energía geotérmica. Sobre todo las naciones con sistemas geotérmicos activos, como Chile y México, pueden beneficiarse de ella. México posee uno de los mayores yacimientos geotérmicos del mundo, mientras que se cree que Chile tiene un potencial geotérmico de más de 3.000 MW.
Biomasa:
El uso de la energía de la biomasa también está creciendo. Consiste en producir energía a partir de materiales orgánicos como la madera, los residuos agrícolas y los residuos sólidos urbanos. Para reducir su dependencia de los combustibles fósiles, varios países de la zona, sobre todo Brasil y Colombia, están invirtiendo en proyectos de energía de biomasa.
Las fuentes de energía renovables representaron 42,5% del aumento de la capacidad de generación de América Latina entre 2010 y 2021.

Oportunidades de crecimiento en nuevos mercados para los inversores extranjeros
El fomento de las energías renovables ha avanzado mucho en los últimos años, y varios países latinoamericanos han aprobado leyes para incentivar la compra y adopción de tecnologías energéticas limpias. El objetivo es aumentar la seguridad energética y reducir la dependencia de las energías fósiles. Además, el sector de las energías renovables encierra un gran potencial de oportunidades de exportación y creación de empleo.
En primer lugar, la abundancia de fuentes de energía sostenibles en América Latina presenta atractivas oportunidades de inversión para las empresas energéticas mundiales que buscan expandirse a nuevos mercados y diversificar sus carteras.
En segundo lugar, el rápido desarrollo económico y social que se está produciendo en varios países latinoamericanos está impulsando la demanda de energía para abastecer a hogares y empresas. Se prevé que esta necesidad siga aumentando en los próximos años.
En tercer lugar, las principales preocupaciones de América Latina son la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles y la conversión a fuentes de energía renovables. Por ello, muchos países de la zona han puesto en marcha normas e incentivos financieros para promover la inversión en energías renovables. Ello incluye la creación de un entorno favorable para las empresas extranjeras con experiencia en este ámbito.
Por último, pero no por ello menos importante, existen oportunidades para que las empresas multinacionales participen en la creación y mejora de instalaciones energéticas, líneas de transmisión y redes de distribución, debido al relativo subdesarrollo de las infraestructuras energéticas en muchos países latinoamericanos.
En conclusión, hay una serie de razones de peso para que las empresas energéticas internacionales se planteen entrar en el mercado latinoamericano. La accesibilidad de la región a los recursos naturales, el aumento de la demanda energética, el énfasis en las energías renovables y el potencial de inversión en infraestructuras energéticas la convierten en un negocio atractivo.
Los retos de las energías renovables
Además de las oportunidades, también hay que tener en cuenta los retos. En este contexto, es importante que las empresas en expansión comprendan las dos caras de la moneda. Además, es clave conocer las tendencias emergentes y las soluciones innovadoras que están configurando el futuro de la energía en la región.
He aquí algunos de los obstáculos más importantes:
- Infraestructura de red:
En muchos lugares de América Latina, la infraestructura de la red eléctrica aún no se ha construido lo suficiente para gestionar la expansión de las fuentes de energía renovables. Esto puede provocar problemas de capacidad, estabilidad y fiabilidad de la red. La infraestructura de la red debe actualizarse y modernizarse para facilitar la integración de las fuentes de energía renovables. - Uso del suelo y cuestiones medioambientales:
En el desarrollo de proyectos de energías renovables pueden surgir preocupaciones sobre el uso del suelo y los efectos medioambientales. El desarrollo sostenible de las centrales de energías renovables es muy importante. Depende de una protección medioambiental adecuada y de la participación de la comunidad. - Marco político y normativo:
Otro obstáculo importante para el crecimiento de las energías renovables es la ausencia de políticas y normativas definidas. Puede resultar más difícil para los inversores financiar proyectos cuando existen políticas contradictorias o trabas de entrada para los proyectos de energías renovables.
Varias partes deben trabajar juntas en un esfuerzo concertado para hacer frente a estas dificultades. Los gobiernos, las empresas y la sociedad civil están implicados en la promoción del desarrollo sostenible de la región.
Conclusión
Las empresas no sólo pueden contribuir a un futuro más sostenible abrazando la promesa de las energías renovables, sino que también pueden aprovechar nuevos mercados y perspectivas de negocio en toda América Latina.
En general, América Latina tiene mucho margen para crecer y desarrollar sus fuentes de energía renovables, y muchos de sus países ya han hecho progresos significativos en este ámbito. Al invertir en energías renovables, América Latina puede reducir su dependencia de los combustibles fósiles, mejorar su seguridad energética y contribuir a los esfuerzos mundiales para hacer frente al cambio climático.